Sara Blakely, la emprendedora de éxito comparte sus mejores consejos

Sara quería ser abogada, pero no funcionó. Después intentó representar a Goofy en Disney World, pero no daba la estatura. Para Blakely, esto le hizo sentir que iba a “tocar fondo”.

Cuando Sara Blakely vendía aparatos de fax de puerta en puerta estaba acostumbrada a escuchar “no”. “Sabía que ‘no’ era parte del proceso”, contó la fundadora de Spanx a CNNMoney. “Tienes que escuchar ‘no’ muchas veces hasta que consigues un ‘sí'”.

Antes de que Forbes la nombrara la millonaria hecha a sí misma más joven de 2012, Blakely tuvo una vida llena de fracasos.

Al principio, Blakely quería ser abogada, pero no funcionó. Después intentó interpretar a Goofy en Disney World, pero no tenía la estatura. Para Blakely, esto le hizo sentir que iba a “tocar fondo”.

Tras su “no” en Disney, Blakely consiguió un trabajo como vendedora de máquinas de fax, en el que estuvo durante siete años.

A Blakely el fracaso nunca la disuadió.

“Mientras crecíamos, mi padre solía animarnos a mi hermano y a mí a fallar. No me di cuenta en el momento, pero él estaba redefiniendo el fracaso para mí. El fracaso se convirtió en no intentar, no en el resultado”, contó.

Esa mentalidad y sus experiencias la prepararon para los desafíos de comenzar su propio negocio.

La historia de Spanx

Después de años de vender máquinas de fax, Blakely estaba lista para un cambio.

“Un día, me aparté a un lado de la carretera y literalmente pensé: ‘Estoy en la película equivocada”.

Ella hizo un inventario de su vida. Evaluó sus puntos fuertes (las ventas) y escribió lo que quería en un cuaderno:

“Terminé escribiendo: quiero inventar un producto que pueda vender a millones de personas para que se sientan mejor”.

Unos años más tarde, a los 27 años, Blakely no sabía qué ponerse debajo de un par de pantalones blancos: “De repente lo vi. Todo era realmente incómodo, o dejaba una línea o bulto, o algo que podía ver a través de mi ropa”.

“Así que decidí inventar una mejor solución”. Blakely cortó los pies de un par de mallas de control, una versión temprana de la ropa moldeadora que la haría famosa.

Debido a que ella se había marcado ese objetivo años atrás, dijo Blakely, inmediatamente reconoció la acción como una oportunidad.

Blakely comenzó a investigar los fabricantes de medias y las patentes de medias panty. Pasó una semana visitando fábricas en Carolina del Norte y finalmente encontró a alguien dispuesto a hacer su producto. Finalmente, obtuvo su primer gran cuenta: Neiman Marcus.

La gente comenzó a prestar atención: incluyendo a Oprah Winfrey, quien puso a Spanx en su lista de “Cosas favoritas” en 2000, solo dos años después de que Blakely se cortara las mallas.

Sara en el living de su casa con las primeras ventas de Spanx

La vida de una emprendedora

Blakely no tiene ningún entrenamiento en los negocios, pero vive lo que ella llama una “vida empresarial”.

“Con la mentalidad correcta, puedes vivir una vida mucho más grande y mucho mejor de lo que imaginaste”, apuntó.

Y a pesar de su éxito, todavía tiene momentos de duda.

“Es un riesgo inventar algo. Tienes que hacer algo que no existía, que da miedo, porque es ahí donde la duda es lo que más destaca”, dijo.

Como emprendedora y mujer, esa sensación de duda puede ser aún más pronunciada.

Los mejores consejos para emprender de Sara Blakely

Sara cree que lo primero que debe hacer un emprendedor es tener un propósito. Para ello debe hacerse algunas peguntas:

1º) Saber el por qué.

Blakely les da esperanza a sus auditorios al referirse a que una vez que esté iniciado un proyecto que pretende convertirse en empresa, tienes que mantenerte conectado con él; eso te impulsará a través de este viaje muy intenso y muy difícil” que es todo tipo de emprendimiento.

La conexión no radica en el título de propiedad de una marca o del patrimonio neto que tenga esa nueva empresa, sino en la fuerza mental que se debe tener para ir despejando las incógnitas a las que todo nuevo emprendimiento se va enfrentando.

2º) Cuáles son las cosas que te alegran.

Qué es lo que de verdad nos gusta hacer y que haremos lo posible por lograrlo.

3º) Cuáles son tus habilidades.

Ser sinceros con nosotros mismos. En qué cosas te sientes como pez en el agua.

4º) Cómo te gustaría servir al mundo.

Esta pregunta es de largo alcance. En términos económicos es lo contrario del cortoplacismo.

Si observamos estos interrogantes, parecen sencillos; pero tienen una gran profundidad. En el caso de Blakely, ella quería servir a las mujeres; me sentí inspirada para hacer mejores productos para ellas.

“Me di cuenta de que mi miedo más grande no era fracasar sino dejar de intentar algo, la inspiración que nos puede servir para tomar acción, emprender y salir de nuestra zona de confort”.

SARA BLAKELY

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