Me gusta pensar que las pausas existen, al menos para mí, para volver a conectar conmigo, con mi esencia y mi propósito. Si me doy tiempo, me doy claridad. Y si lo tengo claro, sé qué pasos dar.
Comienzo esta columna y sobre todo partiendo el año creo que es importarte contarte de mi experiencia de DESCONECTAR para CONECTAR.
A todos nos pasa, clamas desconexión, llegaste al borde de la extenuación, quieres poner el modo avión y dejarte llevar.
Normal, aunque hay otras alternativas para este círculo vicioso de me agoto, me desconecto, vuelvo al mismo sitio, vuelvo a agotarme y otra vez al mismo sitio una y otra vez. Pero ese circulo seguirá si no haces una pausa real.
STOP. Necesitas parar y tomar aire. No puedes seguir en esta rueda que te está desgastando. No sé si te ocurra, pero eso es algo que a mi particularmente me ocurre en ocasiones. Y es que el ajetreo de los días, las tareas, el trabajo, los asuntos y problemas, el ruido de las redes sociales… todo eso a veces hace que nos alejemos de nosotros mismos. Como si nos desconectaran de quien realmente somos y de la forma en que queremos, debemos y necesitamos vivir.
Por eso a menudo busco tomar una pausa. Es un momento de introspección que me permite clarificar mi mente, definir mis prioridades y reencontrarme conmigo. Creo que hay un mal entendimiento de lo que significa una pausa; pausar no es procrastinar o distraerte de tu propósito. Es repensar el momento actual, tu siguiente paso. Accionar sin pausar es desbocarte. Una pausa es tan valiosa como el tiempo mejor aprovechado.
Una pausa puede verse como un time out o como unas vacaciones, y ambas están bien.
El error es creer que ‘no hacer’ es desperdiciar el tiempo. Y asi lo vi mucho tiempo, hasta que me di cuenta que son necesarias y no, no había dejado de hacer las cosas, al pausar volvi hacerlas con más creatividad, entusiasmo y pasión, si pasión es lo que nos mueve hacer lo que nos encanta pero de eso te hablaré en una próxima vez.
Me gusta pensar que las pausas existen, al menos para mí, para volver a conectar conmigo, con mi esencia y mi propósito. Si me doy tiempo, me doy claridad. Y si lo tengo claro, sé qué pasos dar. Sí, pausar es descansar y descansar es volver a empezar con más fuerza y más energía.
A veces necesitamos hacer una pausa para reencontrarnos y regresar a ser lo que somos en esencia.
La esencia, es lo que nos define “Tal cual en la imagen personal”, Es lo que te identifica desde dentro. Es algo que sientes y expresas y no surge por reacción sino que proviene de tu interior.
Tanto si una pausa es circunstancial o no, todo tiempo que dedicamos a nosotros es válido y necesario. Es honorable saber cuándo parar, cuándo detenernos para preguntarnos ‘¿Esto es lo que quiero?’ ‘¿Esto me hace feliz?’ ‘¿Esto me nutre?’ Las pausas son importantes porque significan ese espacio para meditar lo verdaderamente importante.
Nunca olvides…
- Está bien tomarte una pausa.
- Está bien repensar si estás haciendo lo que realmente quieres.
- Está bien detenerte para mirarte.
- Está bien no hacer nada.
- Está bien tener espacios en tu vida profesional y personal.
Que nadie te diga lo contrario.
Nos vemos pronto