Motivación, tienes que aprender a existir sin ella

Cuando nos planteamos un objetivo o sentimos una necesidad, la motivación es el motor impulsor que nos permite emprender las acciones necesarias. La desmotivación, al contrario, es la falta de esas razones para guiar nuestro comportamiento.

Hace un par de semanas, me encontré con un interesante video en redes sociales. Era David Goggins en un podcast, comentando lo siguiente: “Debes ser tu mejor versión cuando estés menos motivado, y esa es la parte difícil. Debes tener en mente diferentes cosas sobre hacia dónde quieres ir, y debes saber que la motivación no te llevará allí porque no siempre vamos a estar motivados”. La verdad, es que me pregunté ¿Por qué siempre esperamos a sentirnos motivados para hacer las cosas? Por definición de la RAE el concepto de motivación es: “Conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona”. ¿Te ha sucedido que tienes cosas importantes que hacer pero no sientes esa motivación para llevarlas a cabo? Sinceramente, creo que ha todos nos ha pasado más de alguna vez en la vida.

Es aquí donde podemos hablar sobre disciplina y compromiso, son los componentes claves para llegar a ser tu mejor versión cuando estés menos motivada. La disciplina es un hábito y el compromiso es el esfuerzo para cumplir una obligación que se ha asumido.

EL VALOR DEL COMPROMISO

Según el pensamiento de S. Lehman “el compromiso es lo que transforma una promesa en realidad, es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más alto que las palabras, es hacerse al tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas, es el material con el que se forja el carácter para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo. Comprometerse y mantener los compromisos, son la esencia de la proactividad”.

Al comprometernos, ponemos al máximo nuestras capacidades para sacar adelante la tarea encomendada. Teniendo en cuenta que conocemos las condiciones que estamos aceptando y las obligaciones que éstas nos conllevan, ya que supone un esfuerzo permanente hacia la consecución del objetivo establecido.

Así mismo, muchas empresas han perdurado en el tiempo a pesar de las crisis, gracias al valor del compromiso entre la dirección de las mismas y sus empleados.

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¿Podemos concluir que no es necesaria la motivación para cumplir con nuestras obligaciones? Sí, podemos existir sin ella. El compromiso toma su lugar, se apodera de nuestros movimientos y es quien nos impulsa a movernos. Es estable, inquebrantable y perdura en el tiempo. Por supuesto, esto no significa dejar de descansar, por el contrario, debemos aprender a organizar nuestros tiempos, disfrutar de los días libres, de tu familia y amigos.

El compromiso personal es un valor de suma importancia, ya que permite al ser humano lograr sus objetivos o éxitos, adquiriendo una plenitud de felicidad.

El compromiso logra que el ser humano trabaje de manera ardua para conseguir lo que se proponga, superando obstáculos que se presenten en el camino hacia su meta. Más que el logro de sus objetivos importa el hecho de cumplir con el compromiso o responsabilidad que adquirió, sin dejar a un lado ni olvidarse de su obligación.

El compromiso es un valor que debe de existir acompañado de voluntad y de un trabajo constante para que el individuo logre todo aquello que se marca como objetivo.