Categories MENTORING

Errores de principiante que incluso las líderes cometen (y cómo una mentora los evita)

Ser líder de un negocio no significa estar libre de cometer errores, de hecho, muchas veces las empresarias más experimentadas tropiezan con descuidos básicos que limitan su crecimiento o las hacen perder oportunidades valiosas. Estos errores de principiante no tienen que ver con falta de talento ni de visión, sino con la dificultad natural de equilibrar múltiples responsabilidades, tomar decisiones bajo presión o enfrentarse a lo desconocido en cada nueva etapa del negocio. Lo positivo es que, con la guía de una mentora, es posible identificar estos tropiezos antes de que se conviertan en un problema mayor y aprender a manejarlos con inteligencia y estrategia, logrando avanzar con mayor solidez y confianza.

Uno de los errores más comunes es querer hacerlo todo sola. Muchas líderes, especialmente en las primeras fases de sus emprendimientos, piensan que delegar es una pérdida de control o un lujo que no se pueden permitir. Sin embargo, este pensamiento termina por sobrecargarlas, frena la productividad y resta energía a lo que realmente es estratégico para la empresa. Una mentora puede mostrar cómo la delegación no es una debilidad, sino un signo de madurez empresarial, y guiar en el proceso de identificar qué tareas deben quedarse bajo el control directo de la fundadora y cuáles pueden ser entregadas a un equipo capacitado. Esa simple distinción puede marcar la diferencia entre un negocio estancado y uno en crecimiento.

Otro error frecuente es fijar precios sin estrategia. Muchas empresarias se dejan llevar por el miedo a no ser competitivas y terminan subvalorando su trabajo, lo que genera márgenes insuficientes y desgaste constante. Una mentora ayuda a romper ese ciclo, mostrando cómo construir una política de precios sólida basada en costos reales, valor percibido y posicionamiento en el mercado. Además, aporta experiencia práctica sobre cómo comunicar esos precios con seguridad, para que no se sientan como una barrera, sino como un reflejo justo de la calidad y el valor que el negocio entrega.

También es común confundir movimiento con progreso. Muchas líderes llenan sus agendas de actividades, reuniones y pendientes, pero no todas esas acciones generan un impacto real en el crecimiento de la empresa. Se trata de la clásica trampa de la ocupación sin dirección. Una mentora ofrece claridad en este aspecto, ayudando a distinguir qué tareas generan resultados concretos y cuáles son distracciones que solo consumen tiempo y energía. Con su guía, se puede aprender a establecer prioridades, diseñar objetivos medibles y orientar cada acción hacia la visión más amplia del negocio, evitando caer en el desgaste improductivo.

El descuido de las finanzas es otro error que, sorprendentemente, cometen incluso empresarias con años de experiencia. Muchas confían demasiado en la intuición o delegan completamente la responsabilidad en un contador sin comprender realmente los números de su negocio. Esto puede llevar a sorpresas desagradables, falta de liquidez o decisiones erróneas en inversión. Una mentora puede enseñar a leer los indicadores clave, interpretar estados financieros básicos y usar esa información para tomar decisiones más seguras. No se trata de ser contadora, sino de tener la inteligencia financiera mínima necesaria para liderar con control y visión.

Finalmente, uno de los errores más humanos es subestimar el poder de la red de contactos. Muchas empresarias se concentran exclusivamente en sus clientes o proveedores directos, olvidando que las relaciones estratégicas pueden abrir puertas a colaboraciones, mentorías, financiamiento o nuevos mercados. Aquí una mentora no solo insiste en la importancia del networking, sino que también puede facilitar el acceso a círculos profesionales, compartir contactos relevantes o inspirar a la empresaria a invertir tiempo en construir comunidad. Aprender a tejer redes sólidas y auténticas es un hábito que separa a quienes simplemente sobreviven de aquellas que crecen de forma sostenible.

En conclusión, los errores de principiante no desaparecen por completo con la experiencia; muchas veces se repiten en nuevas etapas de crecimiento, cuando las reglas del juego cambian y los desafíos se vuelven más complejos. Sin embargo, contar con una mentora permite tener un faro que guía, corrige y acompaña, evitando tropiezos innecesarios y ahorrando tiempo y recursos valiosos. Una líder extraordinaria no es la que nunca se equivoca, sino la que aprende rápido, busca apoyo estratégico y se rodea de las herramientas adecuadas para avanzar con paso firme. Y en ese camino, la mentoría se convierte en un recurso invaluable que marca la diferencia entre repetir los mismos errores o transformarlos en aprendizajes que impulsan al siguiente nivel.

También Te Podría Gustar

Más de BGM