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Preguntas poderosas: las que deberías hacerle a tu mentora para obtener respuestas de alto valor

En el mundo del liderazgo femenino, pocas herramientas son tan transformadoras como una buena mentoría. Sin embargo, el verdadero impacto no depende solo de la experiencia de la mentora, sino también de la calidad de las preguntas que tú, como aprendiz estratégica, eres capaz de formular. Las preguntas poderosas son aquellas que abren puertas, profundizan conversaciones, revelan ángulos ocultos y aceleran aprendizajes que de otro modo tardarían años en llegar. Saber preguntar con intención convierte cada sesión en un espacio de crecimiento exponencial, donde la claridad, la estrategia y el propósito se alinean para impulsar tu visión empresarial. Cuando una emprendedora sabe qué preguntar, la mentoría deja de ser una conversación inspiradora y se convierte en una hoja de ruta concreta hacia el siguiente nivel.

Las empresarias que avanzan con mayor velocidad suelen ser aquellas que llevan a sus mentorías dudas bien estructuradas, desafíos identificados y una disposición abierta a escuchar verdades incómodas. Preguntar desde la profundidad —y no desde la superficialidad— permite que la mentora acceda a su experiencia más valiosa: esa que combina intuición, trayectoria, errores, aciertos y lecciones aprendidas en primera línea. Preguntas como “¿Qué no estoy viendo?” o “¿Qué decisión evitarías si estuvieras en mi lugar?” tienen la capacidad de desbloquear perspectivas que transforman inmediatamente tu estrategia. Lo esencial es comprender que las preguntas poderosas no buscan agradar; buscan avanzar. Y avanzar a veces implica replantear, corregir o incluso desaprender aquello que creías seguro.

El poder de una gran pregunta también reside en su capacidad para anticipar futuro. Las mejores mentoras son aquellas que no solo responden al presente, sino que te preparan para escenarios próximos, mercados emergentes, riesgos invisibles y oportunidades que aún no se manifiestan plenamente. Cuando preguntas desde la visión —“¿Qué tendría que estar construyendo hoy para estar lista en tres años?”— la conversación se eleva del corto plazo al crecimiento sostenible. Ahí es donde la mentoría se vuelve verdaderamente estratégica. Y ahí es donde surge la diferencia entre un negocio que avanza por inercia y uno que crece con intención.

En este proceso, es fundamental mantener la mente abierta y la actitud de aprendiz constante. Las mentoras no entregan respuestas cerradas, sino caminos posibles. Cada reflexión, cada recomendación o historia compartida, puede convertirse en un espejo que revele las áreas donde una empresaria necesita evolucionar. Por eso, las preguntas deben venir acompañadas de una escucha activa, de la disposición a cuestionarse y de la valentía para aplicar los aprendizajes, incluso cuando implican salir de la zona de confort. Preguntar no es un acto de debilidad, sino una señal de inteligencia estratégica.

10 preguntas poderosas para hacerle a tu mentora

  1. ¿Qué no estoy viendo que podría cambiar completamente mi estrategia?
  2. Si tú estuvieras en mi lugar, ¿qué decisión evitarías a toda costa?
  3. ¿Cuál fue el error más costoso de tu carrera y qué aprendiste que yo podría aplicar hoy?
  4. ¿Qué capacidades necesito desarrollar para estar preparada para el negocio que quiero tener en tres años?
  5. ¿Qué indicadores o señales te ayudaban a saber que estabas avanzando en la dirección correcta?
  6. ¿Qué oportunidades crees que estoy subestimando en este momento?
  7. ¿Qué hábitos o comportamientos fueron decisivos para tu crecimiento como líder?
  8. Cuando enfrentabas incertidumbre, ¿qué preguntas te hacías a ti misma para tomar decisiones estratégicas?
  9. ¿Qué personas clave debería tener cerca para fortalecer mi visión y mi liderazgo?
  10. ¿Qué harías tú ahora mismo si estuvieras escalando mi negocio con mis recursos actuales?

Finalmente, hacer preguntas poderosas requiere vulnerabilidad. No vulnerabilidad como debilidad, sino como apertura para dejar atrás el ego y permitir que una persona con más experiencia ilumine puntos ciegos. Preguntar con coraje es un acto de liderazgo. Preguntar con humildad, un acto de crecimiento. Y preguntar con estrategia, un acto que redefine tu camino empresarial. La combinación de esos tres elementos vuelve cada sesión una inversión de alto retorno, donde cada respuesta que obtienes se convierte en claridad, foco y movimiento hacia adelante.


Lecciones para empresarias

• Una gran mentora te guía, pero son tus preguntas las que abren el camino. Llega preparada, con intención y con desafíos concretos que quieras resolver.
• Las preguntas poderosas nacen de la honestidad. Pregunta lo que realmente necesitas saber, no lo que crees que deberías preguntar.
• Preguntar desde la visión y no solo desde la urgencia eleva tu liderazgo. Haz consultas que te proyecten hacia el futuro que quieres construir.
• La calidad de tus preguntas determina la calidad de tus decisiones. Cuanto más profunda sea tu búsqueda, más valioso será el aprendizaje que recibas.

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