Si la meta es clara pero el camino es difuso, existe un mapa del que puedes echar mano para navegar hacia tus objetivos independientemente del contexto.
Sabes cuál es tu meta de marketing pero, en un contexto tan dinámico como el que estamos atravesando, es difícil saber cuál es el camino correcto para llegar a ella. Ante un futuro minado de desafíos es casi una necesidad buscar referentes, líderes de los cuales poder aprender. ¿Te imaginas cómo hubieran atravesado una situación semejante personalidades como las de Alejandro Magno, el rey de Macedonia, o Ravi Shankar, el fundador del movimiento El Arte de Vivir? Salvo por el ocupadísimo Ravi Shankar, acceder a sus respuestas es cronológicamente imposible. Pero no todo está perdido. Inspirados en estos influyentes personajes unidos por la capacidad para hacer que las cosas sucedan y, también, gobiernos y empresas exitosas, los académicos y consultores en comunicación, Luciano Elizalde y Tito Ávalos, diseñaron un método para que las organizaciones alcancen sus objetivos al que bautizaron D-LEMP.
Esta matriz, que es la protagonista de su reciente título Líder. Equipo. Marca. Producto. Las claves para que las cosas sucedan (Paidós Empresa), identifica cuatro fuerzas esenciales que son capaces de generar efectos internos y externos en una organización y, así, conducirla hacia las metas buscadas. Estas son:
- Líder: Todos los grandes transformadores de la realidad tuvieron maestros pero, a la vez, ellos mismos condujeron procesos disruptivos.
- Equipo: cuando aparece públicamente, demuestra que el líder no está solo.
- Marca: funciona como una promesa de la organización y un símbolo de sus valores. Motiva a las personas a actuar en una cierta dirección.
- Producto: es la prueba concreta y tangible de las promesas de la organización.
El liderazgo, los equipos, la marca y los productos conforman el ecosistema que hace latir la vida de las organizaciones, sean compañías o grupos de trabajo implicados en un proyecto político, empresarial o social. “La eficacia está dada por la combinación de los cuatro elementos: un buen líder no basta si no se cuenta con un buen equipo, y tampoco alcanza con tener un buen producto si el sistema de marca no acompaña”, sostienen los autores.
4 pasos para visualizar oportunidades y ponerlas en acción
Una vez identificados los elementos, la gran pregunta es cómo ensamblarlos para construir un proyecto estratégico. Para Elizalde y Ávalos, el camino es:
- Ayudar a que la gerencia o el propietario de la compañía se transforme en líder.
- Conseguir que el grupo de personas con las que se trabaja se convierta en un equipo.
- Mejorar la marca para que transforme las vivencias de quienes accedan a ella.
- Lograr que el producto genere una experiencia positiva y sea objeto de deseo, de emoción y de implicación.
El secreto está en calibrar los cuatro mecanismos para que puedan ser accionados hacia un mismo objetivo, incluso en un contexto signado de dudas como el actual. “La incertidumbre general de la pandemia nos lleva a adaptar el estilo de liderazgo de la organización para orientar a los equipos a que continúen buscando hacer un producto de calidad más allá de las condiciones del entorno”, asegura Elizalde.
Ahora cuentas con la matriz como guía para que tus proyectos lleguen a buen puerto y, también, con la batería de recursos para ayudarte a transitar tiempos inciertos.
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